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¿A la IA o no a la IA? Hacia un tratado sobre Inteligencia Artificial

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A medida que la IA revoluciona el mundo, los legisladores de la UE pretenden regularla para preservar los valores y la seguridad. La Ley AI, la primera ley de este tipo, está diseñada para servir los mejores intereses de los ciudadanos de la UE. Sin embargo, dado que las tecnologías están disponibles para todos y evolucionan más rápido de lo que pueden seguir las regulaciones, se necesita una estrategia global. La estrategia mundial de 'conectar a los desconectados' enfrenta desafíos significativos y complejos que requieren abordarse a una escala más amplia. En este contexto, la UE debería considerar la organización de una cumbre internacional para establecer principios básicos para prácticas de IA más seguras hacia un Tratado sobre Inteligencia Artificial., escribe Francesco Cappelletti, Oficial Superior de Política e Investigación, Foro Liberal Europeo (ELF); enseñando Ciberseguridad en la Escuela de Gobernanza de Bruselas; Investigador, CDSL, Vrije Universiteit Bruselas.

La IA y sus tendencias preocupantes

A pesar de estar lejos de ser un escenario similar al de Matrix, la IA no regulada y mal utilizada puede crear desafíos para nuestras sociedades. Puede influir en nuestra comprensión de la información y, como resultado, poner en peligro una base crucial en el corazón de nuestras sociedades: la democracia.

Hay varias preocupaciones con respecto a la IA: podría reemplazar a los humanos en los trabajos, si se usa mal tomar decisiones sesgadas y aumentar la desigualdad. Pero la mayor preocupación podría ser que la IA erosione nuestro libre albedrío al utilizar los datos recopilados y manipular nuestro comportamiento, posiblemente sin que nos demos cuenta.

La lista de amenazas llega hasta donde pueden llegar los conspiradores, reforzada por innumerables películas de ciencia ficción a lo largo de las décadas. Sin embargo, el principio clave aquí es mantener una actitud positiva hacia la tecnología en lugar de prohibirla, cerrar aplicaciones o restringir el acceso a (cualquier) innovación. La tecnología es inherentemente neutral, con su impacto social determinado por cómo la usamos. Este concepto también significa que los individuos son libres de elegir qué tecnología usar. Por lo tanto, el desafío radica en lograr un equilibrio entre la tecnología en sí misma y cómo la integramos en nuestra sociedad.

Si bien la neutralidad tecnológica es un hito esencial en el panorama digital en rápida evolución actual, la imagen en torno a la IA es un poco marginal (y compleja). Muchos países no democráticos como China con su sistema de crédito social, o Corea del Norte con su estricto control sobre la información, pueden verse tentados (si es que aún no lo están) de utilizar la IA para controlar la información, los ciudadanos y manipular la democracia hasta convertirla en un cuasi. régimen totalitario. Sigue siendo un desafío controlar la tecnología de manera ética cuando se comparte con países que tienen valores diferentes. Además, la definición y taxonomía de IA de la UE deben considerarse en el contexto de su poder regulatorio (también conocido como 'Efecto Bruselas'), que es menos probable que tenga un impacto en el ámbito sin fronteras del ciberespacio.

La IA y el enfoque regulatorio de la UE

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A pesar de las preocupaciones sobre sus aplicaciones, la IA continúa evolucionando, traerá cambios significativos en diferentes sectores e industrias, como tecnología de la información, finanzas, atención médica, marketing y robótica, transformando la sociedad tal como la conocemos hoy. Hará realidad la 'destrucción creativa' de Schumpeter, llenando los vacíos en la realización completa de la sociedad red. En estas circunstancias, la regulación oportuna pretende posicionar a la UE como líder en el gobierno de la tecnología de IA.

Un diálogo a tres bandas que involucra a la Comisión Europea, el Consejo y el Parlamento, centrado en la 'Ley de IA', está allanando el camino para la primera regulación de IA por parte de un actor global clave, la Unión Europea. Las normas actualizadas de la UE aclaran las definiciones de IA, armonizan las normas y se centran en la transparencia y la ética. La regulación revisada también facilita el cumplimiento de las reglas, apoya la prueba de nuevas ideas de IA y ayuda a prepararse para el impacto de la IA en el futuro.

Si bien las nuevas reglas de IA marcan un importante paso adelante para abordar los problemas relacionados con la IA, es posible que no sean suficientes para abordar las dimensiones internacionales y de acceso abierto en las que está evolucionando la tecnología y, por lo tanto, sus desafíos futuros.

Navegando por la IA y la superpotencia (cibernética)

La tecnología y el futuro son temas amplios que pueden ser difíciles de comprender. Nuestras vidas están siendo transformadas por la tecnología: influye en cómo pensamos, nos comportamos e incluso da forma a nuestra cultura. Vivimos en un estado de 'innovación constante', donde nuestras prioridades pueden cambiar rápidamente y las creencias en los valores fundamentales pueden tener que reevaluarse en unos pocos años. Lo que solía tomar décadas y atravesar múltiples generaciones ahora puede suceder en cuestión de meses o años con el lanzamiento de la última tecnología. Las nuevas generaciones inmersas en una sociedad de 'metaverso' podrían priorizar el acceso a servicios mejorados sobre las preocupaciones sobre el control de datos o la privacidad como lo hacemos ahora.

Estas tendencias potencialmente preocupantes no deberían dejar obsoletas las regulaciones. En cambio, enfatizan la necesidad de regulaciones, políticas y enfoques políticos más inteligentes. Esto implica crear marcos legislativos flexibles que puedan mantenerse al día con los futuros avances tecnológicos.

Está surgiendo una nueva superpotencia no convencional que podríamos llamar 'ciberespacio' e incluye supercomputación, IA, metaverso y todas las tecnologías futuras. Manejar esta superpotencia exige un equilibrio estratégico de poder. A la luz de esta situación, la UE debe trabajar en estrecha colaboración con los pioneros de la IA, y socios afines, como los EE. UU. y el Reino Unido, ya que ninguna entidad u organización, ni nación por sí sola, puede abordar estos desafíos de forma independiente.

El mundo está interconectado y tiene desafíos significativos y complejos que deben abordarse en una escala más amplia. Por lo tanto, se debe establecer un consenso global sobre la priorización de valores en las aplicaciones de IA para garantizar una comprensión compartida de las ventajas de cooperar en la implementación de IA de manera segura. La 'Ley AI' parece ser un punto de partida prometedor para establecer las bases en este ámbito. Sin embargo, se necesita un enfoque global para abordar este desafío. Europa debería dar un paso adelante, creando una plataforma para una cumbre global para acordar principios básicos para prácticas de IA más seguras y, potencialmente, incluso establecer las bases para un Tratado sobre Inteligencia Artificial.

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EU Reporter publica artículos de una variedad de fuentes externas que expresan una amplia gama de puntos de vista. Las posiciones adoptadas en estos artículos no son necesariamente las de EU Reporter.

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