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Blockchain puede tener múltiples aplicaciones en la economía social, pero no debe crear una nueva 'élite de la economía digital', dice #EESC

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Originalmente asociados con las criptomonedas, blockchain y la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) son, de hecho, muy versátiles y pueden aplicarse de manera útil a la economía social. Sin embargo, es importante regularlos adecuadamente y orientarlos en beneficio de todos, permitiendo que todos participen, dice el CESE en un informe presentado en su plenario de julio.

Si bien el uso a gran escala de estas tecnologías está vinculado a la difusión de las criptomonedas, especialmente Bitcoin, también tienen un potencial social, cultural, político y económico, subraya el CESE.

"Podemos establecer un paralelismo con la invención de la imprenta", dice el ponente Giuseppe Guerini. "Como sabemos, el primer libro que se imprimió fue una biblia. Ahora, imagínese si la gente hubiera equiparado la imprenta con un medio capaz de imprimir únicamente biblias, eso habría sido inexacto, porque la tecnología de impresión revolucionó la vida en Europa".

El CESE ha elaborado una larga lista de posibles aplicaciones para blockchain y DLT que pueden ser de gran interés para las empresas de economía social, entre las que se encuentran:

  • Seguimiento de donaciones y recaudación de fondos. Los donantes podrían seguir el flujo y el destino del dinero donado a las ONG. Las ONG, por otro lado, podrían informar en detalle sobre cada flujo de gastos, asegurando que el dinero invertido se use realmente para el propósito previsto;
  • mejorando la gobernanza de las organizaciones de economía social, haciendo que la consulta de los miembros y las votaciones sean más seguras y rastreables, facilitando la participación incluso cuando los miembros están dispersos geográficamente o son demasiado numerosos para celebrar reuniones generales tradicionales;
  • autenticar actividades realizadas a distancia por asociaciones y cooperativas que trabajen en educación y formación o entretenimiento, o la puesta en escena de producciones artísticas e intelectuales;
  • certificando habilidades, garantizando la seguridad de las calificaciones y diplomas en formato digital;
  • hacer que los derechos de propiedad intelectual y los derechos de autor sean más claros y seguros, estableciendo "contratos inteligentes" para la transferencia de contenido;
  • ofreciendo sistemas seguros de telemedicina y e-care. Un gran número de organizaciones de economía social están involucradas en la atención médica y la asistencia social ubicadas muy cerca de las personas que las necesitan, incluso en áreas descentralizadas donde esta aplicación podría tener un impacto considerable en la calidad de vida de las personas, y;
  • Hacer que los productos agrícolas sean completamente rastreables e identificables, evitando el fraude y la falsificación. Muchas cooperativas agrícolas consideran esta aplicación con gran interés.

Sin embargo, el enorme potencial de las nuevas tecnologías digitales, junto con la considerable inversión requerida, también expone a la tecnología blockchain al riesgo de concentración, de que las redes de datos y tecnológicas estén sujetas a especulación y acaparamiento en manos de los pocos jugadores o países capaces de hacerlo. realizar grandes inversiones, advierte el CESE.

"No queremos ver una brecha digital que genere más desigualdad e injusticia. No queremos que surja una nueva élite, de personas que están familiarizadas con las nuevas tecnologías y terminan excluyendo a otros de la economía y el mercado". ", dice el relator.

Es importante que existan medidas públicas para apoyar el desarrollo de estas tecnologías de manera participativa y accesible. Y la implicación de la sociedad civil es imprescindible para garantizar que no se pierda el potencial democrático, subraya el CESE.

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La regulación de la UE tiene sentido porque esta tecnología utiliza cadenas que pueden crearse independientemente de las fronteras nacionales. Por tanto, la UE debe participar en este sector y coordinar esfuerzos, sostiene el CESE. Las grandes inversiones necesarias exigen una acción europea coordinada y estructurada.

Antecedentes

La tecnología Blockchain es un protocolo de TI que se remonta a los 1990, cuyo desarrollo está vinculado a las criptomonedas. Es tanto un código como un registro público en el que todas las transacciones entre los participantes en una red se registran una tras otra, con un alto grado de transparencia y de una manera que no se puede alterar. Cada participante es un enlace en la cadena, lo que ayuda a validar y almacenar los datos que se intercambian. Esto debería hacer que el procesamiento de datos sea seguro y ayudar a construir una confianza mutua entre los participantes de blockchain. Blockchain es, por lo tanto, una herramienta atractiva para redefinir la seguridad en las transacciones digitales.

En 2018, la Comisión Europea propuso desarrollar un Asociación Europea Blockchain, desencadenando la creación de la Observatorio y foro de la EU Blockchain, que ya ha publicado una serie de informes temáticos. El CESE está trabajando actualmente en un informe sobre Blockchain y el mercado único, cuya finalización está prevista para octubre de 2019. Lea el dictamen del CESE titulado Blockchain y la tecnología de contabilidad distribuida como una infraestructura ideal para la economía social.

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EU Reporter publica artículos de una variedad de fuentes externas que expresan una amplia gama de puntos de vista. Las posiciones adoptadas en estos artículos no son necesariamente las de EU Reporter.

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