Contáctanos

Irán

Breve descripción de la llamada ley de “castidad y hijab” en Irán

COMPARTIR:

Publicado

on

Una nueva ola de represión contra las mujeres y las niñas

El régimen iraní ha dado otro paso represivo con la aplicación de la llamada ley de “castidad y hiyab”. La ley, aprobada recientemente tras meses de debate entre el parlamento del régimen y el Consejo de Guardianes, se publicó oficialmente el 30 de noviembre de 2024 y está previsto que entre en vigor el 13 de diciembre de 2024. La legislación, que consta de 74 artículos en cinco capítulos, representa un esfuerzo intensificado del régimen por reforzar su control sobre la sociedad iraní, en particular contra las mujeres y sus libertades.

Los objetivos del régimen: control y represión

La nueva ley se basa en la base ideológica del régimen, la obligatoriedad del hiyab, una herramienta clave para mantener el control sobre la sociedad. Los objetivos del régimen con esta ley son múltiples: 

1. Ejercicio del control social y represión política:

   Al codificar una aplicación más estricta del hiyab, el régimen pretende consolidar su poder y reprimir la disidencia. El hiyab obligatorio se ha utilizado durante mucho tiempo para imponer la conformidad y proyectar dominio sobre la población. 

2. Prevención de levantamientos: 

Anuncio

   El régimen es consciente de la posibilidad de que se produzcan protestas similares al levantamiento de 2022. Al introducir castigos más severos y conseguir un apoyo institucional más amplio para la aplicación del hiyab, la ley busca sofocar cualquier resurgimiento de la desobediencia pública. 

3. Preservación de la identidad ideológica: 

   Para la República Islámica, el hijab obligatorio no es sólo un código de vestimenta, sino un principio básico de su identidad ideológica y política. Cualquier cambio en esta política podría indicar una pérdida de control, algo que el régimen está desesperado por evitar. 

Mecanismos de represión incorporados en la ley

A pesar de que los funcionarios del régimen afirman que la ley excluye “las patrullas de moralidad y el encarcelamiento”, sus disposiciones revelan una represión de amplio alcance. Asigna responsabilidades a varias instituciones gubernamentales, incluido el Ministerio de Cultura y Orientación, la radiodifusora estatal (IRIB), el Ministerio de Educación, municipios e incluso consejos de aldea. 

El capítulo tres de la ley contradice directamente convenciones internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Los municipios, en colaboración con organizaciones partidarias del régimen, están obligados a vigilar los espacios públicos como parques, centros culturales y transporte público para garantizar el cumplimiento de las normas sobre el hiyab. 

Las sanciones son severas para quienes no respetan estas normas. Los funcionarios públicos que se niegan a denunciar las infracciones pueden ser suspendidos de sus puestos de trabajo durante un máximo de seis años. Los empresarios pueden ser multados con el equivalente a dos o seis meses de ingresos. Incluso las personas que no colaboran activamente en las medidas de aplicación de la ley corren el riesgo de recibir medidas punitivas. 

La ley también faculta a los organismos de inteligencia y seguridad, como el Ministerio de Inteligencia y la Organización de Inteligencia del CGRI, para reprimir el incumplimiento. Estas disposiciones amplían de hecho la vigilancia y el control del régimen a todos los aspectos de la vida pública. 

Resistencia y creciente oposición

La implementación de la ley sobre la castidad y el hiyab se produce en medio de un desafío generalizado a las normas sobre el hiyab por parte de las mujeres iraníes. Para muchas, el hiyab obligatorio se ha convertido en un símbolo de la opresión del régimen. La desobediencia pública, especialmente por parte de las mujeres y los jóvenes, es un rechazo a la autoridad del régimen. 

La principal oposición, la Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), ha condenado la ley como "criminal e inhumana". Maryam Rajavi (en la foto, a la derecha) La presidenta electa del CNRI destacó que esta legislación representa la desesperación del régimen ante el creciente disenso e instó a las mujeres a continuar su resistencia bajo el lema “Mujer, Resistencia, Libertad”. 

Rajavi dijo: "Mediante esta ley represiva y el uso de fuerzas represivas, Jamenei busca subyugar a la sociedad, especialmente a las mujeres, que están a la vanguardia de la lucha contra el fascismo religioso. Ni las ejecuciones diarias ni las leyes misóginas resolverán el dilema de este régimen. Repito: no al hijab obligatorio, no a la religión obligatoria y no al gobierno obligatorio.. "

Conclusión: Una lucha por la libertad

La Ley de Castidad y Hiyab marca un momento decisivo en la lucha de Irán por la libertad y la igualdad. Al redoblar las medidas represivas, el régimen espera silenciar a los disidentes y mantener el control. Pero la oposición generalizada a la que se enfrenta, en particular por parte de las mujeres, demuestra que el pueblo iraní está lejos de estar sometido. 

El llamado a resistir esta ley bajo el lema de “Mujer, Resistencia, Libertad" refleja el espíritu de desafío que perdura entre las mujeres iraníes y la sociedad en general. La comunidad internacional debe solidarizarse con ellas, amplificar sus voces y condenar las acciones del régimen. 

Esta ley no es sólo un ataque a los derechos de las mujeres, sino también a los principios universales de libertad y dignidad humana. Debe ser rechazada en todos los niveles, tanto dentro de Irán como en el escenario internacional.

Comparte este artículo:

EU Reporter publica artículos de una variedad de fuentes externas que expresan una amplia gama de puntos de vista. Las posiciones adoptadas en estos artículos no son necesariamente las de EU Reporter.

Tendencias