El alto el fuego firmado el 10 de noviembre detuvo la acción militar en Nagorno-Karabaj y sus alrededores, reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán pero poblada por armenios étnicos, después de los peores combates en la región desde la década de 1990.
Turquía y Rusia acordaron establecer un centro conjunto en la región para monitorear el alto el fuego y el parlamento turco aprobó un proyecto de ley de despliegue de tropas para enviar observadores militares.